Información para pacientes

Se podrían dividir los beneficios de una cirugía de un tumor de hipófisis en:

  • Diagnóstico anatomopatológico (biopsia): la pieza obtenida durante la resección del tumor es analizada por un especialista neuropatólogo, el cual realiza un exhaustivo informe sobre la característica histológica, hormonal y de la biología molecular del tumor. Esta información es muy importante para determinar el pronóstico del paciente.
     
  • Mejoría del exceso de secreción hormonal: en el caso de un adenoma hipofisario  productor de alguna hormona en exceso  (acromegalia, enfermedad de Cushing, prolactinoma, tirotropinoma); luego de la cirugía, el paciente puede mejorar notoriamente el nivel de la secreción hormonal excesiva a valores menores a los que tenía antes de la cirugía, a valores normales o también a valores subnormales. Cualquiera de las tres eventualidades es considerada un beneficio terapéutico.
    La repercusión clínica favorable de los cambios hormonales se ve reflejada generalmente a  los pocos días de la cirugía, aunque la mayoría de los cambios definitivos tardan meses en aparecer. Lo habitual es que el paciente se vaya sintiendo mejor gradualmente.
     
  • Mejoría del hipopituitarismo: en el caso de que el paciente tenga algún tipo de  déficit hormonal antes de la cirugía, existe la posibilidad de que luego de ésta la glándula hipófisis retorne a su función normal. Así, el paciente puede revertir dicho déficit hormonal y no requerir terapia de reemplazo hormonal como antes de la cirugía.
     
  • Mejoría de la visión: en el caso de tumores de hipófisis que producen un déficit visual, luego de la cirugía las opciones son tres. La mejor opción es que el paciente refiera una mejoría de su visión, ya sea inmediatamente o bien con el correr de los días después de la intervención. La segunda posibilidad, es que el paciente no note ningún cambio en su visión. Esta posibilidad es considerada también un éxito operatorio. La última opción, es que el paciente paradójicamente empeore su visión. Esto último, lógicamente es lo menos deseado, y puede ocurrir sobre todo en tumores muy grandes y con mucho compromiso visual antes de la cirugía. Por fortuna esta última eventualidad es muy poco frecuente.
     
  • Mejoría del dolor de cabeza (cefalea): luego de la descompresión quirúrgica los pacientes suelen mejorar el dolor de cabeza retrocular y frontal que tenían antes de la cirugía. Este efecto puede ser inmediato o bien demorar unos días.

 

La cirugía tiene la posibilidad de revertir muchos de los síntomas preoperatorios ocasionados por un adenoma de hipófisis. Es importante saber que si el adenoma puede resecarse de manera completa, se reduce muchísimo la posibilidad de recurrencia.

En el caso de los adenomas no funcionantes, si la resección del adenoma es casi total y queda solo un pequeño remanente, por ejemplo dentro del seno cavernoso,  el mismo puede controlarse durante muchos años ya que habitualmente no crece a lo largo del tiempo.En el caso de un crecimiento del remanente puede ser necesaria una segunda intervención quirúrgica, tratamiento farmacológico o bien optar por radioterapia. Debe analizarse cada caso de manera muy particular para determinar cuál es la mejor opción.