Información para pacientes

Antes de la cirugía

El neurocirujano le pedirá en el consultorio ambulatorio todos los exámenes conocidos como prequirúrgicos. Estos mínimamente son:

  • Análisis de sangre de rutina que incluyan un coagulograma y plaquetas.
  • Una radiografía de tórax (frente y perfil).
  • Un electrocardiograma con riesgo quirúrgico realizado por un médico cardiólogo.

Además, según los antecedentes médicos del paciente pueden ser necesarios otros estudios prequirúrgicos (por ejemplo una espirometria respiratoria si el paciente es tabaquista severo, estudios hematológicos especiales ante un paciente con trastornos de la coagulación, una ergometría de esfuerzo ante antecedentes coronarios, etc.). Será el neurocirujano quien considere el pedido de estos estudios en cada paciente en particular.

 El día de la cirugía es muy importante que el paciente traiga consigo todos los estudios realizados hasta el momento, tanto los estudios prequirúrgicos como los estudios hormonales, la resonancia magnética, la tomografía computada y el campo visual. Todos prolijamente ordenados e individualizados.

Cuando se programa una cirugía endoscópica transnasal para un tumor de hipófisis el paciente se interna el mismo día de la cirugía y no requiere ningún tipo de preparación especial; excepto, un ayuno total de 8 horas el cual es necesario para poder realizar la anestesia. En cada caso particular, puede que el neurocirujano le permita la toma con un pequeño sorbo de agua la medicación  habitual que el paciente recibe diariamente antes de la cirugía (por ejemplo el antihipertensivo diario).

Siempre el tipo de anestesia es general, es decir que el paciente se encuentra totalmente dormido, sin sentir dolor alguno y con un tubo en la vía aérea para mantener la respiración mecánicamente.

Puede ser necesario colocar una sonda vesical durante la cirugía para controlar el ritmo diurético durante la misma.

Todos los pacientes reciben rutinariamente un antibiótico endovenoso profilácticamente durante la inducción anestésica y también 100 mg de hidrocortisona antes de la cirugía, 100 mg durante la cirugía y 100 mg durante las primeras 24 horas después de la cirugía.

 

Después de la cirugía y hasta el alta hospitalaria

Una vez que el paciente se recupere de la anestesia general el neurocirujano realizará una evaluación neurológica y le comentará sobre cómo fue la cirugía. También, les brindará un informe sobre el acto quirúrgico a sus familiares.

Una vez que el anestesiólogo y el neurocirujano lo consideren, el paciente podrá salir de quirófano y pasar a una sala de cuidados intensivos o bien a una sala individual, según cada caso en particular. Una vez allí podrá ver a sus familiares.

El tiempo de internación total es de aproximadamente 72 horas.

En líneas generales, el primer día postoperatorio puede transcurrir en una sala de cuidados intensivos o bien en una sala general, dependiendo de cada caso en particular. A partir del segundo día el paciente se traslada a una sala general y se retiran los tapones nasales. Esto es un acto muy sencillo e indoloro que se realiza en la misma habitación donde se encuentra el paciente. También se revisa al paciente para ver si existe pérdida de líquido cefalorraquídeo por la nariz (fístula de LCR). Al tercer día, si todos los controles clínicos y análisis de rutina se encuentran bien es plausible el alta médica.

 

Después del alta hospitalaria

Es muy probable que luego de la cirugía el paciente se sienta cansado. Se le recomendará que se encuentre acompañado por algún familiar por lo menos una semana después de la cirugía, que guarde reposo y evite los esfuerzos.  El neurocirujano instruirá al paciente para que no realice esfuerzos respiratorios fuertes a través de la nariz (no “sonarse” la nariz) y para que evite la exposición excesiva al calor (baños muy calientes o ingesta de comida a alta temperatura). El objetivo de estos cuidados es evitar sangrados nasales (epistaxis) no deseados. Puede que se le sugiera una dieta rica en fibras o de ser necesario algún tipo de laxante le será indicado con el objetivo de evitar la constipación y los grandes esfuerzos evacuatorios.

Con respecto a la medicación a tomar en su hogar, es importante saber que la mayoría de los pacientes operados de un tumor de hipófisis quedan medicados con 30 mg de hidrocortisona en el momento del alta y deben continuar tomándola hasta que el endocrinólogo decida su suspensión o modificación de dosis.

Con respecto a otros tipos de fármacos a tomar, depende de cada caso en particular. Así, puede ser que a un determinado paciente se le indique desmopresina acetato, la cual se utiliza para controlar la diabetes insípida. Si existe hipotiroidismo se le indicara tomar levotiroxina. También, si el endocrinólogo lo considera puede que el paciente deba continuar con su medicación habitual para el control hormonal (cabergolina, octreotide u otra). Por último, en algunos casos el neurocirujano indica acetazolamida, la cual se utiliza para inhibir la producción de líquido cefalorraquídeo en casos donde se quiere minimizar el riesgo de fístula postoperatoria.

Los primeros controles por consultorios ambulatorios con el neurocirujano y el endocrinólogo luego del alta hospitalaria serán entre 7-10 días. Allí se lo evaluará clínicamente y se le solicitarán exámenes de sangre de rutina. Alrededor de la tercera semana luego de la cirugía, se recitará por consultorio al paciente para evaluar el resultado anatomopatológico del tumor (biopsia). En esta consulta puede que se le pidan exámenes hormonales más específicos, una resonancia magnética de hipófisis y un campo visual (de ser necesario). Todos estos estudios para realizarse recién al tercer mes postoperatorio.

Cumplidos los 30 días desde la cirugía el paciente ya puede reintegrarse laboralmente sin restricciones y a los 90 días ya puede empezar con actividad física.